México está trabajando «muy duro» para impedir que el fentanilo llegue a Estados Unidos, afirmó este miércoles la canciller mexicana, Alicia Bárcena, a su homólogo estadounidense, Antony Blinken, al comienzo de una reunión celebrada en Washington.
Washington, Estados Unidos. México está trabajando «muy duro» para impedir que el fentanilo llegue a Estados Unidos, afirmó este miércoles la canciller mexicana, Alicia Bárcena, a su homólogo estadounidense, Antony Blinken, al comienzo de una reunión celebrada en Washington.
Según la agencia antidrogas estadounidense (DEA), los cárteles mexicanos producen masivamente este opiáceo sintético en laboratorios clandestinos con materias primas procedentes sobre todo de China y luego lo trafican hacia Estados Unidos. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, minimiza el alcance de la producción de fentanilo en México, pero afirma combatir el flagelo.
«Estamos trabajando muy duro para detener la cadena de valor de los precursores del fentanilo, y estamos haciendo muchos progresos en México para evitar e impedir que llegue a Estados Unidos», señaló Bárcena al inicio del encuentro con Blinken.
«HEMOS PROGRESADO MUCHO GRACIAS A LA ALIANZA MUNDIAL» CREADA POR WASHINGTON HACE UN AÑO PARA COMBATIR EL FENTANILO, RESALTÓ.
El fentanilo es responsable de la inmensa mayoría de las más de 100.000 muertes por sobredosis registradas anualmente en Estados Unidos. Además, ambos jefes diplomáticos se congratularon por la caída de los cruces ilegales de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México en las últimas semanas.
El Departamento de Seguridad Interior estadounidense informó este martes que el número de migrantes y solicitantes de asilo interceptados cuando intentaban cruzar ilegalmente la frontera se redujo en «más del 50%». El promedio de siete días de la patrulla fronteriza ha disminuido a menos de 1.900 interceptaciones por día. En junio hubo 83.536 interceptaciones de migrantes entre los puntos de entrada, el número más bajo desde enero de 2021.
Eso se debe sobre todo a que el presidente Joe Biden restringió en junio la entrada de migrantes por la frontera con México cuando haya más de 2.500 cruces irregulares en el promedio de siete días. Prevé que se reanude cuando la cifra baje a 1.500.
BLINKEN REITERÓ QUE AMBOS PAÍSES «ESTÁN DETERMINADOS A TRABAJAR JUNTOS PARA GARANTIZAR QUE LA MIGRACIÓN SEA ORDENADA (Y) SEGURA».
Su homóloga insistió en que su gobierno quiere que «México sea un buen destino» y que no tenga que ser «un país de tránsito» y recordó que la mayoría de los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos ya no son mexicanos, como antaño, sino centroamericanos y sudamericanos.